TIOS BUENORROS

TIOS BUENORROS

martes, 23 de febrero de 2010

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http://davidyemilio.blogspot.com/

inspirada en los dos actores españoles más guapos y talentosos. Allá encontrarás otras webnovelas inspiradas en el guapo Adrián.

martes, 16 de febrero de 2010

Capitulo 27 (y último)



David está luchando por su vida. Sólo quería llamar la atención. Salvador no puede por la culpa. Si no hubiera estado haciendo el amor con Gato, si hubiera atendido a David. Se turna con su hermano y Lola para no dejar al chico sólo ni un momento. Salvador tiene el corazón en un puño. No soporto verlo rodeado de tubos, apenas sin vida. Le habla, le pide perdón.
-entiéndeme. Lo nuestro no puede ser.
Las lágrimas de Salvador mojan el rostro de David. Salvador lleva días tragándose todo lo que siente. No es a su sobrino a quien está llorando.
--Te amo –dice finalmente.
Le ha salido desde su alma. Se deja llevar por el amor y besa a David. Como si una princesa de cuento fuera, David abre los ojos.
--ya era hora –dice débilmente—esperaba que me besaras.
David se comporta como si hubiera estado dormido, es feliz porque su amado lo ha besado.
--dame otro beso –le pide.
--¡Casi te mueres¡ ¡¡Qué locura has hecho¡
Aunque está muy débil, David está contento porque ha logrado lo que quería.
--Ha sido por ti. Esto es lo que quería.
Salvador tiene tomada la mano de su amado.
--No digas eso.
--Dame otro beso, dime que me amas que vamos a estar juntos.
--Tenemos que avisar a un doctor, tus padres están fuera.
David está feliz, está seguro que ahora todo se arreglará, que Salvador luchará por él.
--No te vas hasta que me jures que cuando entre mis padres les diremos que somos pareja.
David quiere que Salvador le confirme lo que está pensando. Salvador lo ama, quisiera estar con él pero:
--¡No puede ser¡
David se altera mucho:
--¡Te he oído, me has dicho que me amas¡
Salvador trata que se calme:
--luego hablamos de eso entiende que sigo siendo tu tío. No nos van a dejar estar juntos.
David llora:
--¡Casi muero por tu culpa, me lo debes¡
Salvador trata de acariciarlo:
--No pretendas que me quede a tu lado haciéndome sentir culpable¡
David ha decidido que no va a seguir esperando más.
--¡Si no nos acostamos le diré a todos que eres gay, que me amas pero que eres un reprimido y que…¡
Salvador no le deja acabar la frase.
--¡Así no vas a lograr nada¡
Salvador se va molesto mientras que David le ruega que no diga nada. Salvador sale muy alterado. Bernardo se acerca a él. Se preocupa porque cree que algo malo le pasó a su hijo. Bernardo y Lola van a ver a su hijo. Salvador va saliendo. En la puerta ve a Gato.
--lo que me faltaba –protesta.
A Gato le duele que Salvador pase de él.
--¡Ahora no es el momento¡
Gato lo abraza cariñoso:
--Mi amor, yo quiero estar a tu lado.
Salvador se lo quiere sacar de encima pero Gato insiste:
--¿porqué no aprovechamos que está toda tu familia para decir que somos novios?
Salvador se lo saca de encima:
--Ahora lo que menos quiero es que todo el mundo sepa que soy gay.
Gato nota a Salvador esquivo:
--¿Es porque no te quise hacer el favor de acostarme con tu hijo?
Salvador se da cuenta que su hijo estaba escuchando y no sólo se ha enterado que es gay sino que quise que su amante se acostara con él.
--¡Te odio, te odio¡ --le dice Emilio Nicolás.
A Salvador le duele el dolor de su hijo, trata de hablar con él. Se lo lleva casi arrastras, Nicolás quiere huir. Salvador lo agarra y lo mete en el auto a la fuerza. Nicolás está desesperado, su primo, su padre. Ambos son gays y todos tienen relaciones menos él por feo. Se siente humillado porque su padre, por pena, quise que se acostara su amante con él. Nicolás se lanza contra su padre para sacarle el volante.
--¡Nos vamos a matar¡
--¡Yo me quiero bajar¡ --Nicolás.
Salvador acaba perdiendo el control del auto….

Bernardo y Natalia están juntos y abrazados en el entierro de su hijo. Están desesperados. Lola está atrás. Se siente un poco desplazada.
--¡Mi lugar es junto a mi esposo¡ --le reclama a Natalia.
Bernardo se aparta de su amante. Cae de rodillas ante la tumba.
--¡Era mi hijo, era mi hijo¡
Bernardo ya no quiere callar más. Está desesperado. Natalia se queda detrás de su amante. Confirma las palabras de Bernardo. Lola no puede creerlo:
--¿y Salvador? –murmura.
A Bernardo le tiembla la voz, llorando lágrimas de sangre y mirando la sepultura de su hijo le cuenta como se asustó al embarazar a su novio y la convenció para que lo estrenara al confuso Salvador y le culpara del embarazo. Lola mira a los dos amantes con odio y abandona el cementerio. Natalia ayuda a Bernardo a levantarse. Él está deshecho, ella, pese a su tristeza, está contenta porque al fin tiene su lugar en la vida del hombre que ha amado siempre. Juntos Bernardo y Natalia van al hospital a ver cómo sigue Salvador.
--Ha muerto –dice el doctor.
Bernardo se derrumba y Natalia de nuevo lo consuela.
--Quiero verlo.
El doctor le comunica que Salvador había dejado escrito que en el momento de su muerte nadie podía ver su cuerpo y que debía ser incinerado de inmediato. Bernardo está demasiado triste por la muerte de su hijo como para pensar nada.
--Voy a ver a David y nos vamos –le dice a Natalia.

Al cabo de un rato, el doctor que ha anunciado la muerte de Salvador, se dirige al boxer de David.
--todo ha salido como querías.
David está muy contento. El doctor (feo y gordísimo) le guiña el ojo. Le pone la mano en el muslo, lo mira con deseo:
--¿Cuándo me darás lo que me has ofrecido?
--Cuando quieras, mi cuerpo será tuyo por todo un día.
A David le da igual lo que el doctor quiera hacerle, ni le molesta ni le gusta, está muy ansioso por la oportunidad que le ha dado la vida.

Enterado de lo que ha ocurrido entre sus padres y que cada uno hace su vida por separado, David le dice a su madre que se queda con su padre y a su padre que se va con su madre. Así los dos están enojados con él. Así ninguno de los dos se preocupa por lo que hace. Lola abandona la ciudad. Natalia está feliz porque ocupa el lugar en la vida, en la casa, en la cama de Bernardo que siempre quiso tener.

Días después, Salvador está ingresado en una clínica a las afueras de la ciudad. Sólo David y su amigo doctor saben de él.
--¿cómo está?
--ya se ha recuperado pero… Ha quedado amnésico.
David no puede creer que todo le haya salido tan bien, Salvador es suyo, solo suyo.
--¡¡ojalá nunca recupere la memoria¡

Salvador está confundido. Entra David. Salvador no lo recuerda pero lo siente familiar. Además siente su amor.
--¿Quién eres?
David no lo duda.
--Soy tu marido.
Salvador lo mira confundido:
--¿no soy muy mayor para ti?
--éramos pareja... –David muy cariñoso.
--¿no nos llevamos 20 años? puedes ser mi hijo.
--sí, por eso vivíamos alejados de todos... tú solo me tenias a mi

Salvador no recuerda a David pero lo ama, es por eso que cree en sus palabras. David se lo lleva. El feo doctor le ha prestado un pequeño estudio, que David debe pagar con su cuerpo, pero David está contento porque Salvador es solo suyo. Llora de felicidad el día en el que él y Salvador hacen el amor por primera vez. Ambos viven una luna de miel. No salen a la calle por David tiene miedo que alguien los descubra. Salvador no dice nada porque siente que con David tiene todo lo que necesita. Ve amor en los ojos de David pero también incredulidad y miedo. David no puede creer que su sueño se haya hecho realidad, que al fin esté con Salvador pero también teme que su felicidad se pudiera acabar. Salvador mira enamorado a David y le dice:
-- nunca pensé que nos amásemos tanto... para mi esto es nuevo pero parece que para ti también.
--es que siempre tuve dudas que me amaras... --David.
--¿y porqué iba a estar contigo?
--no sé... –nervioso porque no sabe como justificarte.
--te amo... no tengas dudas...
Salvador sonríe a David y se funden en un cálido y apasionado beso.

1 año después, Salvador y David viven felices. Sólo discuten cuando Salvador quiere buscar trabajo. No desea que David lo mantenga y tampoco entiende cómo lo hace. David tiene miedo que Salvador salga y lo vea alguien conocido. Sólo salen a veces, juntos y por lugares donde no hay mucha gente. Están en un parque por donde no suele pasar gente a esa hora. Queriendo explotar lugares nuevos, por ahí pasea Bernardo con su hija de pocas semanas, la pequeña que ha tenido con Natalia. El hombre es feliz por esa nueva oportunidad que le ha dado la vida y quiere que todo le salga bien. Esa mañana, Bernardo ve a David y a Salvador besándose. El escándalo es monumental. Bernardo los insulta, les dice de todo. Salvador no sabe bien lo que está pasando. Bernardo los insulta, David defiende a su amado:
--¡Nos amamos¡
Que se acueste con su hijo para Bernardo es una traición:
--¿¿¡cómo me has hecho esto?
--¡Tú le hiciste responsable de un hijo que no era suyo¡ ¡tuvo que morir Emilio Nicolás para que se supiera que es hijo tuyo¡ --David.
Al mencionar el nombre de su hijo, Salvador recobra todos sus recuerdos. El saber que Nicolás no era su hijo y está muerto lo derrumba. Bernardo no quiere saber nada ni de su hijo ni de su hermano. David lleva a Salvador a su casa. El hombre está derrotado. Llora. Ama a David, han sido amantes pero es su sobrino:
--¿como permitiste que hiciera esto? fue una monstruosidad¡
--nos amamos...
--¡es imposible...¡
--¿porqué?
Salvador no sabe que contestar. Llora. David lo besa y lo abraza hasta que logra que Salvador le jura que nunca se van a alejar de él. Salvador lo ama y ahora lo tiene a él. David le dice que huyan lejos. Donde puedan empezar de cero, lejos del doctor que los ha ayudado a cambio de convertir a David en su amante. En un lugar donde nadie los conozca, donde puedan empezar de cero. Salvador no piensa la respuesta: Es un sí. David no necesita saber nada. Abraza con fuerza a su amado. Siempre estarán juntos, siempre podrán contar el uno con el otro.

FIN.

Capitulo 26




Colaboración especial de Rudy Fernández como Martín.
Emilio Nicolás está como de costumbre en el centro de Internet pendiente de todo guapo que se acerca. Le llama la atención uno. Tan algo como guapo. Con barba.
--¡que bueno está¡
Pese a que está lloviendo. El guapo viene de la calle con una camiseta azul de manga corta.
--¡Martín¡
Es una rubia que se acerca a él. Se besan.
--¡menuda guarra, seguro que joden todos los días¡ ¡¡zorra¡ --piensa Emilio celoso.
Ella se sienta, él pone los datos en el ordenador para comenzar la sesión. Está al lado de Emilio. Culo en pompa, se le ven mucho los calzoncillos (negros con rallas blancas y rojas). Culito pequeño. Jeans caídos. La rubia le dice a su chico que saque una silla de otro ordenador (algo que está prohibido, hay sillas para acompañantes)
--¡menuda guarra¡ --piensa Emilio.
Martín se da cuenta que Emilio tiene su mirada fijada en él y lo mira. Emilio lo que más desea es poder encontrárselo en el lavabo y si tienen algo mejor.

Días después…Nicolás se siente solo y amargado. La ausencia de un amor lo consume día a día. No tiene ni ganas de ir a la biblioteca.
--para que voy a ir si siempre me quedo con las ganas.
Pero la casa se le cae encima y opta por ir. Llega, tiene que ir al baño porque se está haciendo pis. Nada más llegar se encuentra a Martín. Está mirando libros, lleva dos mochilas. Nicolás suspira.
--¡que guapo es¡
Aquel chico alto que lo sedujo días atrás vuelve la alegría a Nicolás. a Nicolás le da la cosa que el chico vaya a ir al lavabo y entonces espera que vaya al lavabo. El chico le gusta mucho y la otra vez ya se quedó con las ganas.
--¡ojalá hoy si vaya¡
Martín va hacia la parte de arriba. Pasa por el lado de los lavabos pero a Nicolás le da el pálpito que pueda ir hacia el lavabo de arriba.
--¡como lo haga por mi menuda cara se le va a quedar al pobre cuando me vea¡
En realidad a Martín le gusta más el baño de arriba porque tiene 3 urinarios en vez de dos y está más tranquilo. Nicolás va hacia la sala. No entiende los motivos por los que Martín pueda ir al baño de arriba.
--¡Es que sea por lo que sea puede encerrarse como hacen muchos¡
Tiene ganas que Martín vaya al baño pero se va preparando por si no.
--puede ir abajo.
No ve a Martín,.
--demasiado poco tiempo para que haya pillado el ascensor. ¿Está dentro?
Emilio Nicolás está muy excitado con la posibilidad que Martín esté efectivamente en el baño. Nada más entrar ve las dos mochilas de Martín. Emilio está muy excitado. Va hacia los urinarios.
--No puedo tener tanta suerte. No creo que esté ahí.
Emilio se muere del gusto al ver que Martín esté en el urinario y muy separado.
--¡que guapo es¡ ¡¡que guapo es¡ --piensa Emilio que tiene las hormonas bien revolucionadas.
Martín está en el urinario más cercano a la puerta. A Emilio le encantaría ponerse a su lado pero le parece demasiado.
--Seguro que se va o se pegará y no veré nada –piensa.
A Martín y Emilio los separa un urinario. Emilio confía en que pueda ver algo y no se vea tan descarado. Muestra un poco de buena voluntad al dejar el urinario de separación. Así Martín no tiene por qué sentirse acosado. Emilio confía en poder gozar de la trompa del guapo Martín sin llamar la atención. Emilio se coloca en el urinario y no puede creer lo que ve.
--Pedazo de vergón que tiene el Martín… --piensa.
Martín está muy separado y Emilio no puede creer el trozo de trompa que está viendo.
--¡Madre mía, me muero de la impresión¡ --piensa.
Es algo enorme lo que Martín tiene entre sus manos. Acorde con su estatura, Emilio nunca había visto algo tan grande y está al borde de un infarto. Tenía la esperanza de ver el pene de Martín pese a no estar a su lado porque el guapo chico está muy alto pero es que le ve la verga tan bien como si estuviera con él. Para Emilio la visión es increíble, no duda en definirlo como lo más bello que ha visto en su vida.
--¡que ganas de comérmela entera¡ --dice para sí.
En realidad el pene de Martín no está en su estado natural de reposo. Martín ha tenido “malos pensamientos” y Emilio se da cuenta. Aunque no está en erección sí la tiene semi dura.
-tiene pinta que se le esté poniendo dura… ¡Madre mía cuando la tenga del todo será algo gigantesco¡ --va pensando.
Martín se está haciendo masajes en el glande para ayudarse a orinar. Le cuesta hacer pis. El pellejo está bajado del todo. Emilio lo contempla todo con detalle. La escena dura un buen rato y Emilio está encantado.
--¡le cuesta mear, es una prueba de la que la tiene dura¡ --piensa Emilio.
A Emilio le provoca más deseo aún que Martín se haya excitado. Le gusta mucho ver el pene de Martín casi en todo su esplendor. La visión dura bastante, es todo un lujo para Emilio que normalmente se tiene que acostumbrar con segundos. Martín es muy alto y la verga casi se sale del urinario.
--¡Que gozada¡ --piensa Emilio con la basta clavada ahí.
La visión dura mucho y a Emilio le gustaría congelarla. Nunca se había sentido tan feliz, tan satisfecho. Martín no ha dejado de tocársela en todo el rato. Luego se la guarda.
--Si no la tuviera dura se le doblaría al guardarla –piensa Emilio que siga admirando esa cosa tan grande.
Martín ha estado tranquilo ya que Emilio no estaba pegado a él. Se ha dado cuenta de lo mucho que lo ha hecho gozar y como tampoco le hacía daño le ha dejado pero tiene prisa en abandonar el baño. No se lava las manos. Lleva tejanos cortos. Son amplios y tiene el trasero pequeño. No se le ve sexy. Emilio se masturba en ese urinario en donde ha estado esa verga hermosa. Está muy excitado. No deja de pensar en lo que ha visto. Tiene esa imagen grabada en la retina.
--Nunca lo voy a olvidar.
Para Nicolás ese a su un momento especial. Su "experiencia sexual" más satisfactoria. Veía a Martín con la trompa apunto y hasta el último momento no deja de tener esperanzas que le permitiera enfriarlo. Emilio hubiera dado su vida por tener esa trompa en su boca un ratito. Se tiene que conformar en solitario. Vuelve a la sala. Ve a Martín que está estudiando. No tiene sentido que haya ido a ese para luego bajar y ponerse al lado del lavabo por el que ha pasado delante antes de ir al que quedaba más lejos.
--si huía de mí que cara se le habría puesto al verme –piensa Emilio para sí—pero es que tenía demasiadas ganas de vérsela.
Emilio tiene ganas de gozar de la bella verga de Martín ¡¡Y vaya si lo ha hecho¡
Éste levanta la mirada y mira a Emilio con mala cara. A Emilio le duele mucho sentir el desprecio de un chico que le ha hecho gozar tanto.

Capitulo 25





Es domingo y como parte del castigo a David, Bernardo lleva a la familia , a un parque de atracciones y David no está invitado y tampoco permite que su esposa se quede con él. Así que David se queda solo en casa. Un cuarto piso, encerrado sin llaves y con el teléfono encadenado y sin móvil. Antes de irse, como está preocupado por su hijo la madre le ha dejado su celular para que llamara con tal de animarla. David lo primero que hace es llamar a Salvador. Éste no le toma la llamada. David insiste.
--¿qué pasa, Lola?
Salvador jadea porque estaba en la cama con Gato. David se muere de los celos porque su amado está con alguien.
--¡¡¿¿Con quien estás?¡ ¿¿es con un hombre?¡
David está atormentado por los celos. Salvador le cuelga sin decirle nada lo que enfurece aún más a David.
--pero ¿¿¡quien se ha creído que es?¡
Vuelve a llamar. Salvador está muy alterado. Desnudo en la cama con Gato pero pensando en David. Le aturde sus celos, le angustia que su sobrino se sienta con el derecho de hacerle una escena de celos.
--Esto no está bien. No está bien –murmura.
Gato lo acaricia cariñoso:
--¿qué te pasa?
--No, nada. Odio que me interrumpa.
Los dos están muy sofocados. Gato lo besa:
--pues continuemos –dice Gato amoroso.
El teléfono sigue sonando insistentemente.
--¿qué quiere tu cuñado?
Por unos segundos Salvador piensa en qué hacer. Si tuvieran la misma edad, si no fueran parientes tan cercanos. Si pudiera dejarse arrastrar por la pasión. Salvador se ha puesto muy cachondo pensando en su sobrino y es algo que no le gusta. Desconecta el celular y se tira contra Gato de una forma salvaje para que le baje la calentura. David se enfurece porque ha desconectado el móvil.
--¡Esto no se va a quedar así¡
David estrella el móvil contra la pared y luego llora. No entiende porque su tío le hace esto.
--¿porqué no cree que lo ama?
David está convencido que Salvador lo corresponde y no puede entender porqué lo rechaza.
--¡Ya le he demostrado que tengo mucha experiencia, que le puedo dar lo mismo que cualquiera¡
El chico está dispuesto a desafiar a todo el mundo para pasar ni que sea un rato con su amor. Entra en la habitación de su amado. Registra sus cosas esperando encontrar algún secreto. Algo que le confirme que es gay y que le gusta él. No encuentra nada fuera de lo habitual y eso lo desespera. Se tumba en la cama. Esa cama tiene su aroma. Abraza su almohada. Se queda dormido pensando en él. Comienza a soñar….

Mientras David está viendo la tele bien amargada le parece oír que alguien está tirando piedras en su balcón. Va a ver qué pasa. Ve a Salvador en el balcón de al lado. El hijo de los vecinos es amigo y muy simpático y lo ha dejado pasar por su casa para ver a su chico. A David le alegra verlo. Se juntan a la pared de separación y se acarician como pueden. Se dicen te amo con desesperación. De repente David ve que las intenciones del chico son saltar a su lado del balcón y ella se asusta, teme que el chico caiga pero Salvador no se detiene y llega sano y entero a los brazos de su chico. Ambos están muy felices de estar juntos. David llora y Salvador le acaricia las lágrimas muy sonriente.
--todo se arreglará...
Salvador se maldice ya que todo es su culpa:
--¡¡yo no quise aceptar que te amaba y no evite que nos descubireran¡¡¡por eso ahora estamos en este lío¡¡
David lo acaricia:
--te quiero tanto.
Salvador lo mira triste.
--siento hacerte sufrir...
--nada me importa si estoy a tu lado.
Salvador sonríe.
--Yo no pienso dejar de luchar. Mi hermano comprenderá que yo no soy un capricho, que no soy uno más.
--¿y si le decimos que yo también era virgen cuando estuve contigo y me tienes que cumplir a mi?
--esto empeoraría las cosas... además mucha gente sabe que no es cierto.
David se siente sucio culpable. Salvador lo acaricia dulcemente:
--ya sabes que a mi tu pasado no me importa.
--no te quiero perder... --dice David entre lágrimas.
--estoy a tu lado...
--¿y si nos escapamos juntos? --propone David desesperado.
--¿¡que?¿¡como se te ocurre?¡¡
--así nadie nos separaría..
--Sería una locura… no saldría bien –le dice Salvador mientras lo llena de besos.
David llora:
--Te amo.
Salvador le sonríe. Le acaricia:
--Yo encontraré una solución… no te preocupes-
El calor de los labios del guapo hombre lo calma. Sediento Salvador dice:
--necesito estar contigo, necesito tenerte nuevamente entre mis brazos…
Los dos se miran pícaros y David lo lleva al dormitorio de sus padres. Hacen el amor una y otra vez. Después de una separación que a los dos se les ha hecho eterna necesitan desahogar sus ganas. Con el temporal familiar que hay fuera a los dos les parece el éxtasis total volver a estar el uno en el otro.

David despierta en ese momento con una sensación agridulce. Ha sentido en su propia piel los besos, las caricias de su amado.
--Mi sueño se va a cumplir. ¡Eso que lo escriban con sangre¡
David recupera el celular. Se ha desmontado pero funciona. Escribe un mensaje: “No quiero vivir sin ti, no nos veremos a ver” que le manda a Salvador en forma de SMS.
David va al botiquín de su madre.
--Algo de esto debe ser malo.
No sabe muy bien lo que hace pero empieza a tomar pastillas. David confía en que Salvador vea el mensaje en seguida y corra a ayudarlo. David baja las pastillas con una cerveza. No tarda en desmayarse. Mientras Gato y Salvador siguen fornicando salvajemente.





Capitulo 24





David está en su casa. Sonríe con cinismo mientras su padre está histérico y su madre llora. David sonríe porque está viendo a Salvador celoso. Encerrado en su cuarto Emilio Nicolás llora. No soporta la vida sexual tan activa de su primo mientras él siente que se está secando, que si quiere estar con un chico guapo tendrá que pagar por sus servicios. El que David chico que vea chico que tiene es algo que le atormenta. No imagina que en realidad David se siente tan seco como él porque aunque tiene mucho sexo no tiene amor. Siente un amor correspondido hacia el padre de Emilio que lo está consumiendo. Bernardo se lleva las manos a la cabeza.
--¡es que te mataría¡
Salvador se mantiene aparte pero no permitiría que su hermano lastimara a su hijo.
--así no se arreglan las cosas.
Bernardo fulmina con la mirada a su hermano.
--No te metas.
Salvador no dice nada más. Mira a su sobrino y con celos. Le da rabia imaginárselo teniendo sexo con otros hombres pero a la vez le pone cachondo.
--¡Yo no he hecho nada de malo¡ ¡¡me encantan los rabos y qué¡
Bernardo va a golpear a David pero Salvador le agarra del brazo.
--¡¡Es que el maricón de mi hijo necesita una paliza¡
--¡No tiene nada de malo que sea gay¡ --Salvador.
--¡pero no se tiene porqué exhibir¡ --Bernardo.
--¡¡A mi me encantan las vergas y me pienso comer todas las que pueda te guste o no, me vean o no¡
Bernardo se lanza sobre su hijo:
--¡Yo lo mato¡ ¡¡yo lo mato¡
Lola se ha medio desvanecido por el último comentario de su hijo. Salvador sostiene a su hermano.
--¡¡Es un niño, no sabe lo que hace¡
A David le duele mucho que Salvador hable de esa manera. Con un orgullo desafiante dice:
--Soy un hombre y cuando quieras te lo demuestro.
Bernardo está demasiado alterado por todo lo que ha pasado y no entiende el comentario de su hijo y tampoco le importa. Salvador lo mira y se derrite. Es joven pero tan guapo y sexual. La atracción que Salvador siente hacia su sobrino es muy fuerte. Cada vez le cuesta más controlarla y eso es algo que lo atormenta. Tiene miedo de lo que haga David así que acaba abandonando el domicilio. A David le da rabia que su amado lo abandone al enfado de sus padres.
--¡ Vete a tu cuarto y no salgas¡ ¡¡Si te veo la cara te mato¡ --dice Bernardo.

Salvador hace el amor con Gato. Es agresivo, brutal, salvaje pero Gato lo goza nunca. Quedan los dos reventados.
-perdona si te ofendí, pero es que lo necesitaba.
Gato enciende un cigarro que comparten ambos amantes.
--Ha sido violento, diferente pero me ha gustado.
A Salvador le da absolutamente igual si Gato ha gozado o no, lo que importa es que él ha desahogado su rabia. Gato es muy amoroso con su amado.
--¿qué problema tienes?
Salvador no le puede contar a su amante lo que le preocupa. No le puede decir que siente un fuerte deseo hacia su sobrino, es más que cree que se está enamorando de él.
--Me puedo quedar esta noche contigo?
Gato abraza a su amado feliz.
--¡por mí te puedes quedar a vivir¡
Gato está muy ilusionado, no se da cuenta de la tristeza que hay en los ojos del otro.

Bernardo y Lola discuten acaloradamente. Ambos le echan la culpa al otro del comportamiento de su hijo. La discusión es tan fuerte que Lola echa a su esposa de su dormitorio y Bernardo se refugia en Natalia. Él desea desahogarse y ella siempre deseó atrapar a ese hombre y ahora tiene una nueva oportunidad.

David pasa toda la noche pendiente de su tío. No va a dormir a su casa y eso le duele.
-¿¿dónde estás?¿dónde?
David lo espera despierto para reclamarle.
--¡¡Seguro que se acuesta con hombres¡
David está seguro que su tío es gay. Eso le excita pero a la vez le da rabia.
--¿porqué otros y yo no?
David se encierra en el dormitorio de su tío.
--Lo esperaré y me tendrá que escuchar.
Se encierra en el cuarto. Revisa su ropa, su ropa interior.
-Cómo me gustaría sumar sus slips a mi colección.
Le gustaría acostarse con él pero a Salvador lo ama.
--Si estoy con él se me olvidará todo lo demás… Seguro.
David se tumba en la cama de su amado y se queda dormido. Salvador llega a media mañana. Es sábado y espera que todos se hayan ido. En especial David. Lo que le sorprende es encontrarse al joven medio desnudo en su cama.
--¿¿qué haces aquí?
David se le acerca seductor.
--Te esperaba.
--¿qué quieres¿
Salvador se muestra frío y David más apasionado.
--Hacer el amor contigo.
--¡Yo no voy a ser uno más de tus muchos amantes¡
--¡Estás celoso¡ --dice David sonriendo.
--¡No, no lo estoy¡
--¡si lo estás¡ --divertido.
Salvador se enoja mucho y eso le gusta a David. David lo abraza y Salvador se derrite.
--Yo sé que sientes cosas por mí. Déjame demostrarte que puedo hacerte feliz, que nos podemos amar.
Están apunto de besarse. Los dos desean ese beso pero finalmente Salvador pega un empujón a David.
--¡no puede ser no¡
David le suplica pero Salvador vuelve a irse. Los dos quedan muy sofocados.

Horas después, Bernardo y Natalia han pasado la tarde juntos en un hotel. En la cama de ese hotel.
--¡¡mierda… se me acabaron los condones…¡¡ ¡es que no esperaba gastar tantos¡
Los dos se miran con complicidad. Ella lo abraza bien y dice:
--eso sería una buena solución…
--¿qué? –él.
--pues eso… no usar condones… si yo me quedo embarazada nada me separaría de ti…
Bernardo la mira con el rostro desencajado por la sorpresa:
--¿¡estás loca?¡
--porque…?
--¡¡no…¡¡
--bueno… lo hacemos una vez y si pasa…
Bernardo no la deja seguir…
--No.
--Lola no fue capaz de darte lo que más deseabas un hijo y yo sí te lo di. Te di a Nicolás Emilio. Yo estoy dispuesta a darte otro aunque no lo reconozco. ¿no te gustaría?
Sí, a Bernardo le gustaría tener otro hijo pero no se fía de Natalia.

Capitulo 23


Hamza y David hacen público su relación ante la silenciosa pero rabiosa mirada de Jose. Cuando David sale de la habitación, Hamza lo espera en la puerta y la recibe con un beso. David se deja llevar. Le gusta el sexo y el chico aunque no piensa en nada serio. Hamza quiere a Jose pero tampoco puede renunciar a tener sexo con otros. Como Jose no quiere saber de él, Hamza no se quiere quedar solo y además espera que con los celos Jose vuelva con él. El grupo va a dar una vuelta por la ciudad. Jose se enamora de la catedral. David recorre el reciento tomada de la mano de Hamza
--me encantaría que nos casásemos aquí... o en un lugar como este –dice Hamza para dar celos Jose, espera hacerlo estallar.
David sonríe con sorpresa pero también ternura. Jose, que había querido ocultar su rabia, no puede más y se enfrenta a David;
--goza mucho ahora de tu sinvergüenzura porque cuando lleguemos a casa tu padre te matará... Es amigo del mío y no le gustará que me hayas quitado el novio.
David no se queda callado:
--Escuché como mi padre hablaba por teléfono con el tuyo, ellos quería que te enamoraras de mí para separarte de Hamza, no es lo que esperaban pero almenos estarán contentos porque no estáis juntos.
A Jose le sorprende el comentario de David, que sus padres los quisieran unir:
--¿Y Hamza sabe porque estás con él?
--Ya me había acostado con él antes.
Hamza se había mantenido al margen. No ha escuchado lo que decían pero sí tenía ganas que se pelearan por él. No hay pelea. Jose se aleja de David y se acerca a Hamza.
--¡te odio, no voy a perdonarte nunca¡
A Hamza le duelen las palabras de su ex pero no le ruega. Se acerca a David, sigue manteniendo esa relación para no quedarse ni con Jose ni con David.
--¿qué ha pasado?
David sólo tiene sentimientos para Salvador, el resto sólo es sexo y diversión.
--No, nada.
A Hamza le ha dolido mucho el odio hacia él que ha visto en los ojos de Jose. Piensa que tal vez es un error seguir con la relación con David, que eso lo alejará aún más de Jose pero luego ve como Jose lo mira con celos y decide seguir con David. Confía que Jose no pueda más con los celos y lo busque. Si le perdonó lo del hermano, Hamza confía en que le perdone todo. Con ternura él le dice a David para que parezca que lo ama:
--siento causarte tantos problemas... nunca debí meterme contigo estando mi novio...
David sonriente dice:
--no me importa nada.
David es frío pero Hamza se muestra amoroso.
--Tú eres mi vida y no lamentaré cualquiera que sea el precio que tenga que pagar por estar contigo.
David ni lo escucha porque cuando no está teniendo sexo está pensando en Salvador. Le duele pensar en Salvador y no tenerlo, por eso procura tener todo el sexo que pueda.
Hamza se muestra emocionado y contento. Se besan.
--¡soy tan feliz, te amo... me tienes loco¡ --grita Hamza para que lo oiga Jose.

Nicolás Emilio , por su lado, sigue con su rutina habitual. Cada día está más solo, más sediento. Está en la biblioteca pero más pendiente de los chicos que van al lavabo. Espera que un chico guapo vaya para seguirlo. Está triste y necesita una alegría. Le gustaría que alguno de esos guapos que va viendo sea el que le haga perder su virginidad pero sabe que eso es un imposible. Lo tiene claro y le duele. Se resigna con poder ver algún que otro rabo. Ve a un hombre, bastante mayor que él. No es el que más le gusta pero es atractivo. Tiene pinta de macarra, se ve agresivo y le da miedo. Le pone cachondo. Nunca lo había seguido por miedo y porque no siempre lo ve guapo. Ese día no se lo pierde. Necesita un hombre y ese guapo es un buen candidato. Emilio le sigue excitado y nervioso. Se pone cachondo al ver que no sólo está en el urinario sino muy separado.
--¡se la voy a poder ver¡ --piensa Emilio.
Lleva unos jeans apretados. Se le marca un trasero. Es pequeñito pero se le dibuja a la perfección. Emilio se coloca al lado del hombre muy excitado. El hombre está tan separado que a Emilio casi le da cosa mirar. El chico fantasea pensando que tal vez el hombre busque lo mismo que él y esa vaya a ser la tarde para los dos. Emilio se gira y ve una enorme verga de más de 12 centímetros y muy gorda. El pellejo bajado del todo.
--O está circundado o cachondo –piensa Emilio.
El chico desearía que fuera esto segundo para poder tener algo con él. El hombre se pega un poco para marcar la distancia. Emilio se da cuenta que una vez más volver a a casa frustrado y virgen. No se atreve a ser muy descarado pero mira de reojo, cada vez que lo hace le ve la verga y eso le gusta a Emilio. El guapo ni se inmuta y Emilio se pone cachondo. Emilio se excita al ver como se la sacude y el guapo se limpia la trompa con un trozo de papel higiénico. Emilio y el otro se lava las manos juntos. Finalmente Emilio sale. El otro tarda en salir.
--¿qué es lo que hace? A lo mejor esperaba que yo dijera algo…
Emilio tiene tentaciones de volver a entrar.
--No, es un hombre maduro. ¿porqué va a esperar que sea yo quien le diga algo? Creo que yo he sido claro. Más bien esperará que entre alguien que le guste.
Pensar que ese hombre tendría algo con otro y no con él le duele mucho. Al poco de volver a salir del lavabo el hombre vuelve a entrar.
--¡seguro que está esperando que alguien guapo lo siga¡ --dice para sí.
A Emilio le da rabia imaginarse al hombre y al David juntos.
--seguro que con David estaría encantado de hacer lo que él quiera…

Esa misma noche, los estudiantes vuelven a casa. Van en micro. Hamza y David están juntos. David duerme sobre la falda de su chico que lo acaricia con ternura para dar celos a Jose. Duermen juntos. No mucho porque están incómodos. David mira a Hamza con cara de pervertido.
--¿lo hacemos?
A Hamza le gusta el sexo tanto como a David pero eso le parece demasiado.
--¿aquí?
Están en los asientos de atrás y todos duermen.
--No nos van a ver…
El peligro lo hace más excitante para David.
-- tu confía en mi –dice David mirándolo pícaro.
Hamza no le dice que sí pero tampoco que sí. David se arrodilla ante Hamza. Le va tocando le paquete loco de deseo.
--¡me gustas, me gustas mucho¡ --jadea David.
Acaricia por encima del pantalón y nota como se va haciendo gorda. La muerde loco del deseo.
--estás loco –jadea Hamza.
Pero le gusta. _David saca la lanza de Hamza y se la traga. Hamza no controla sus jadeos y justo cuando dispara en la cara de David los descubren. El escándalo es monumental.

Capitulo 22




Emilio se está besando a Jose.
--Nunca pensé que me pasaría una cosa así. Te vi y soñé que serías mío pero jamás pensé que mi sueño se haría realidad.
--A mi me pasa lo mismo. Te amo, te amo tanto.
Emilio llora. Nunca se había sentido tan feliz. Siente escalofríos de placer al sentir el cuerpo del guapo Jose junto al suyo, al sentir sus labios. Jose va en pijama, pero su torso peludo al descubierto. Emilio lo acaricia loco del deseo. Jose se levanta.
--No te vayas –le suplica Emilio.
Jose le sonríe.
--es que tengo que ir a comprar el pan. Inconvenientes de vivir juntos.
Emilio sonríe feliz mientras Jose se viste.
--No tengo dinero, ¿te molesta si agarro tu monedero? ¿Cuánto cuesta una barra de pan?
Emilio le da el dinero y lo abraza con fuerza.
--Me gusta tanto vivir la cotidianidad contigo.
Jose le guiña el ojo y desaparece. Emilio llora. Su sueño se ha convertido en una pesadilla. Le hubiera gustado no despertar. Emilio se abraza a su almohada por un rato. Está vacío, se siente seco. Mira con amargura y cierto rencor a su guapo primo.
--él disfruta de lo que yo nunca tendré.
Emilio no quiere que David lo vea llorar. Él está solo y en cambio David tiene una vida sexual plena. Se va al lavabo, ahí descarga su dolor. Salvador llega a la casa en ese momento. En silencio va a ir a su habitación. Le duele escuchar el llanto de su odio.
--Abreme, ¿qué te ocurre?
Emilio se seca las lágrimas pero no puede ocultar su dolor ante su padre.
--¿estás bien? –le pregunta Salvador.
Emilio habla con una amargura que lastima a su padre.
--¡tú estarías bien si fueras virgen a mi edad¡
--ya te he dicho que eso tiene arreglo, te doy dinero…
Pero Emilio quiere que alguien se acueste con él porque lo desea. Las palabras de su padre lo hunden aún más.
--¡claro con mi cara sólo por dinero alguien se quiere acostar conmigo¡
Emilio vuelve a su habitación. Se niega a hablar con su padre. Salvador opta por no insistir para evitar que David se despierte. porque no quiere humillar a Emilio. Se va del departamento.


A Gato lo despiertan los besos de Salvador.
--¿qué horas es? –pregunta aturdido.
--es temprano, recién acabo de estar contigo.
Gato le sonríe.
--que bueno que no te fuiste.
Gato piensa que Salvador quiere dormir con él pero no es así. Salvador muy serio le dice:
--No puedo seguir contigo sino te acuestas con mi hijo.
Gato se incorpora en la cama. Ya sabe lo que le va a pedir y no le gusta.
--No vuelvas con lo mismo. No me voy a acostar con tu hijo.
Salvador se lleva las manos a la cabeza.
--venga, que te cuesta
--es que tu hijo...
Salvador lo interrumpe molesto:
--¡no vuelvas a decir que es feo...¡
--es que feo es poco.
Salvador se muestra amoroso para convencerlo.
--si lo haces me quedaré contigo todas las noches.
--Si lo hago nunca podremos oficializar.
Salvador se aparta de Gato. Le da la espalda. Da una patada a la pared.
--¡¡Es que mi hijo está muy triste y no sé que hacer¡
--tu hijo tiene que tener claro que si quiere un chico guapo lo tendrá que pagar. Sólo otro feo lo haría gratis con él.
--¡si no estas con mi hijo esto se termina¡
A Gato le duele mucho el ultimátum:
--¡no sé que te has creído que soy pero no soy un puto¡ ¡si eso es lo que piensas de mi… ¡largo¡
Salvador se va herido y Gato se queda triste.

Esa tarde, David está en la biblioteca. Tiene que hacer un trabajo para la escuela pero no se puede concentrar. Sólo está pendiente de los chicos guapos que ve, por si uno va al lavabo. Quiere controlar sus hormonas para demostrarle a Salvador que sabe lo que quiere, que no solamente se deja llevar por su cuerpo. Ve a un moreno guapísimo, Hamza, va al lavabo. David entra detrás de él. Siente una excitación fuerte. ¿le podrá ver la verga a ese guapo árabe?¿se dará cuenta que lo sigue?¿se enfadará? Es una mezcla de miedo y deseo que le pone muy cachondo. Hamza está en el urinario. Muy separado. A David le pone cachondo verlo tan separado, sabe que le podrá ver el ansiado aparato sin problemas. David se muere de placer al ver una enorme verga entre las manos del joven.
--¡que grande la tienes¡ --le dice.
Hamza le sonríe. No le dice nada. Se la sacude, la verga (que es muy larga) golpea al pantalón. El chico se lava las manos, David está excitado y frustrado. Luego ve cuando Hamza va al urinario.
--¿es que me piensas dejar ir? –pregunta Hamza.
Los dos se miran con complicidad.

Hamza llega a su casa sin calzoncillos y David con uno más para su amplia colección. Aunque Salvador no lo quiere aceptar, la vida sexual del joven le llena de celos. Emilio cada día siente más rabia. Bernardo llega a casa con el hijo de un amigo, Jose. David se sorprende al verlo.
--¿qué haces aquí?
--¿Es que se conocen?
Jose y David se miran con complicidad recordando que Salvador frenó que hicieran el amor. Salvador siente rabia porque sí conoce los planes de su hermano. Los padres de Jose quieren separar a su hijo de Hamza, no le gusta que su hijo salga con un árabe. A Bernardo no le gusta que David vaya con uno y con otro, piensa que estaría bien que Jose y David salieran juntos. Así que Bernardo ha apuntado a un viaje escolar a su hijo al que irán tanto David como Hamza.

Unos días después, David está de vacaciones. Su momento favoritos son las duchas. Le encanta estar entre jóvenes guapos y desnudo. En especial Hamza. El que sea árabe lo atrae de una manera especial. Hamza y David se quedan los dos solos. Se miran con deseo.
--¿sabe tu novio que somos amantes? –pregunta David.
Hamza le sonríe. No dice nada. Jose entra en ese momento y sufre un fuerte desengaño.









Capitulo 21




Jose llega a su casa. Escucha música y no oye los jadeos que provienen de una de las habitaciones. Al entrar se encuentra a dos chicos muy guapos fornicando salvajemente.
--¿¿qué es esto?
Uno de ellos es el morenazo que conoció Emilio en la piscina. El otro es un chico algo feucho.
--¿qué haces, hermano? –jadea.
José se lleva las manos a la cabeza.
--¡¡¿qué haces con mi novio’ –le reclama.
El morenazo se levanta. Mira provocativo a Jose:
--Ya no somos novios… Tú me dejaste… Ahora estoy con Peter.
Los dos hermanos se miran con rivalidad. Peter es menor que Jose y está contento de haber conseguido al chico de su hermano. Para él el morenazo era un trofeo. Se pone los bóxers.
--os dejo solos…
Besa en los labios al morenazo:
--Ha sido un placer, Hamza es que te llamas ¿no? –dice con burla.
Peter se encierra en el baño. Jose mira molesto a Hamza. Jose está muy dolido.
--¡no puede ser¡¡ --se dice mientras Hamza agarra la ropa— no me has podido jugar esta mala pasada... Peter no puede quien me ha robado tu amor¡¡
Hamza se sube los jeans. Le guiña el ojo:
--Tú me dejaste –repite tranquilo.
--¡pero ayer hicimos el amor por primera vez y no me dijiste que estabas con mi hermano¡
-- Rompimos cuando íbamos a hacer el amor y me dijiste que querías hacerlo ahora sin ningún compromiso por mi parte.
--¡¡sí pero no esperaba que te hubieras acostado con mi hermano¡ ¡¡¡¿qué clase de tipo se acuesta con un hermano y después con otro¡¡
Jose está muy dolido.
--¡¡si te me has regalado para comprometerme has perdido el tiempo porque ya estoy más comprometido con tu hermano¡¡
Y es entonces cuando el chico le clava una buena puñalada a Jose:
--Peter sí era virgen cuando estuvo conmigo. Tú lo que le distes a otro no me lo quisiste dar a mí y cuando lo hiciste fue para retenerme a tu lado… Eso no se hace. Cuando tú me dejaste, fui el primero en tocarlo y ahora no lo puedo dejar. No se me hace justo.
Herido en su amor propio, Jose lo bofetea y se va corriendo. Está deshecho. Siente odio, amor, rabia...

David llega a su casa con una sonrisa en el rostro. Lleva los dos bóxers de los negros para sumarlos a su colección. Salvador lo ve y se ríe. Quiere que David se dé cuenta que no cree en su amor por Humberto. A Salvador le tranquiliza que Humberto sea uno más. Se le ríe.
--Con que muy enamorado ¿eh? Tu no cambias
--¡son de Humberto¡
--Si claro… tu no sabes del amor, solo del sexo… Eres un niño a jugar a ser hombre.
Salvador se ríe y David siente rabia…
--¡sé lo que quiero, te quiero a ti¡
A Salvador le estremecen las palabras de su guapísimo sobrino pero no deja que se note:
--sí claro… como Humberto… --dice con burla.
Salvador se va sin dar réplica a su sobrino. David golpea la pareja furioso. Humberto lo llama pero no quiere saber de él… ya no le interesa.

Por otro lado, cuando Hamza esperaba que Peter estuviera interesado en él. Le duele ver que sólo quería separarlo de su hermano, que para Peter Hamza ha sido un trofeo. Peter le deja claro a Hamza que le da igual si vuelve con su hermano. En realidad ahora que Jose los ha visto ya no le interesaba pero está seguro que Jose no volverá con Hamza.

Esa noche, Jose se encierra en la habitación y no sale a cenar. La chica de servicio le avisa que Hamza la está esperando en el vestíbulo. Jose no se lo hace repetir y baja corriendo. Siente tantas cosas al verlo a él... tan triste.
--vamos fuera. No quiero que tu hermano nos vea.
Jose le quiere meter bronca pero lo que le provoca es ternura. Van fuera. Caminan.
--siento haberte metido en este lío. Sé que nunca debí hacer el amor contigo pero lo deseaba demasiado y no quería que te echaras para atrás... Estaba herido al saber que le habías dado a otro lo que no me diste a mi (Jose se muere de la vergüenza al recordarlo) y tu hermano me atacó y yo le di lo que buscaba porque me quería desquitar conmigo... Si hubiera sido de otros no pasaba nada... pero yo fui el primero y me dio pena dejarlo. Además me daba lo que busco y en secreto...
--claro a Peter le convenía llevarlo en secreto para que nuestro padre crea que es un santo cuando es una marica como yo... ¡¡se revolcó contigo sin que tú lo quisieras¡ ¡¡por eso es don perfecto... lo que es una hipócrita¡¡¡
--en realidad nunca hubo un compromiso serio entre tu hermano y yo... siempre se lo dije, que lo iba a dejar cuando yo quisiera... Nadie sabe de nuestra relación... no pedirá cuentas... Peter me buscó, no tengo porque sentirme comprometido. Te quiero a ti... soy un hombre libre, libre como cuando nos conocimos... la última palabra la tienes tú.
La respuesta de Jose es clara:
--tú estás por encima de todo.
Él la abraza contento y se vuelven a besar. Delante del bloque hay un pequeño bosque y la pareja celebra su reconciliación de la manera que más les gusta: haciendo el amor. Jose está que salta de una pata. Hamza es su felicidad y por él está dispuesto a enfrentar lo que sea. Mientras Hamza se sube los pantalones Jose le dice:
--soy el ser más feliz...
--y eso que aún no te he pedido que seas mi novio... Mi novio oficial... un novio que todos conocen... ¿que me dices?
--sí, sí¡¡¡¡
Jose lo abraza llorando de felicidad.
--te amo y el resto del mundo no me importa –dice ella.
Hamza lo besa orgulloso. Peter los ha visto desde su ventana. Se ha quedado sorprendido. No esperaba que la pareja se reconciliara. Va a esperarlo, quiere arruinarles la felicidad. Jose y Hamza no dejan de besarse y Peter no puede decir nada. Se va dolido.

David ha salido a dar una vuelta. Está muy molesto. Da una patada a la pared.
--¡maldito, salva¡ ¡¡Maldito¡
Lo ama pero le da rabia cuando lo trata con indiferencia. Se topa con un rabioso Peter. Primero se miran con mala cara pero luego se besan. David le muestra un preservativo y juntos buscan un lavabo.







Capitulo 20






Salvador se sienta al lado de David en la cama. Lo desea pero hace que sus sentimientos de tío lo dominen, habla en un tono paternal para marcar las distancias. Le pone la mano en el muslo. Siente el deseo de David. Salvador lucha contra sus propios sentimientos, aunque vibra por estar tocando a su guapísimo sobrino hace el esfuerzo de tragarse sus sentimientos. Trasmite a David sentimientos de padre y eso angustia al muchacho. Le duele la supuesta frialdad de Salvador.
--Creí que ya habías entendido que yo soy tu tío y que jamás habrá nada entre nosotros. David, es mejor que te busques otro de quien enamorarte.
David se levanta. Está muy herido. Le duele el desprecio de su tío, su indiferencia. Se ha cansado de tratar de hacer sentir a su tío lo mucho que lo ama y decide jugar al mismo juego, al del sobrino. Se levanta de la cama, mira a Salvador como si hubiera dicho una tontería.
--Tú estás flipao… ¿¿cómo voy a sentir algo por ti?
Salvador ve tan convencido a David que cree que se lo ha imaginado todo, que David no lo ve como hombre.
--ah ¿no?
David le sonríe a Salvador. Esa sonrisa lo derrite a Salvador pero lo desconcierta porque no ve deseo, David lo trata con el afecto al que trataría a su tío.
--¡¡Eres mi tío¡ ¿¿cómo voy a sentir algo por ti? ¡sería un enfermo¡ --dice David como si estuviera escandalizado.
Salvador se levanta aturdido. Se lleva las manos a la cabeza.
--¡me vas a volver loco¡
--Yo no sé qué mierda tienes en la cabeza pero yo estoy muy feliz con mi novio…
Salvador se da la vuelta. No entiende el cambio de actitud de su guapísimo sobrino y piensa en la posibilidad que se lo haya imaginado todo. Trata de ir recordando todo lo que ha ido pasando en las últimas semanas para convencerse que no ha sido un invento suyo que David lo ama. El chico tiembla de deseo, arde al estar cerca de su tío. Le mira el trasero con mirada libidinosa, babea por él pero la rabia que siente hacia él por su supuesta infidelidad es lo que le hace tragarse su amor, su deseo.
--Yo estoy muy enamorado de Humberto, para mí no hay otro.
Salvador se gira en ese momento.
--¡Eso sí que no, dime que no sabes amar, que te gustan todo pero Humberto es uno más¡
David sabe que la mejor manera de desarmar a su tío es haciéndole creer que ama a otro, que le será fiel, que no piensa en los demás. Le da rabia que Salvador no crea en él.
--Me ha costado encontrar a mi amor pero lo he encontrado. Con Humberto no necesito más, soy yo y aunque él me dejara no volvería a estar con otro.
Aunque se dice así mismo que es lo mejor, que David debe amar a otro, es algo que le duele mucho. No quiere aceptar el amor su sobrino hacia Humberto.
--Eso será hasta que cualquier guapo que veas haga que se te caigan los calzoncillos…
--Eso no será así, lo juro.
David juega al hombrecito maduro que sabe lo que quiere, que defiende su amor.
--Cree lo que quieras, Humberto y yo sabemos que nos amamos. Confiamos mucho el uno en el otro.
David no es capaz de fingir más y sale de la habitación, se va al baño. Llora frente al espejo.
--¿¿porqué no me puede amar como lo amo yo?
Se lleva la mano al pecho, siente que se ahoga. El amor que siente hacia su tío lo está quemando. Le gusta el sexo, le gusta acostarse con todos los hombres guapos que ve pero tiene claro una cosa:
--Por Salvador lo dejaría todo. A él le sería fiel hasta la muerte.
Golpea la pared frustrado.
Mientras Salvador se ha quedado en la habitación de su sobrino. Se le escapa una lágrima.


*colaboración especial de Cullen Jones (el negro que ve David sin camisa)

Al día siguiente, David sale de la escuela. Va hacia su casa. Hace calor. En una plaza se encuentra un hombre negro sentado en un banco con el torso desnudo. A David se le van los ojos hacia él.
--¡pedazo de negrazo¡ --dice para así
David mira al negro, que no lleva camisa, con cara de degenerado.
--¡oxigeno, necesito oxígeno¡ --dice para sí.
David no tiene que pasar por su lado pero lo hace para verlo bien. Se derrite. Esos pezones:
--¡que gordos y sabrosos¡ --dice para sí.
Ese torso fornido, se depila pero le está saliendo el vello. A David se le salen los ojos. Empieza a dar vueltas.
--¡tiene que ser mío¡ ¡¡tiene que ser mío¡ --dice para sí.
Empieza a dar vueltas, lo ve hablando solo.
--¿es un loco? –piensa.
Eso lo asusta un poco.
--Yo mejor me voy… --dice para sí.
Ve que se acerca otro negro, muy guapo también. Es el mismo negro por el que Emilio se sintió flechazo. Mira a David y dice:
--¿te vas? ¿no te quedas con nosotros?
David se queda parado, tiembla. El negrazo sin camisa se levanta y se acerca a David que está al borde de un infarto.
--ven con nosotros… Te la pasarás bien…
David no se desmaya de milagro. Salvador, desde su auto, los ve irse. La mirada de los 3 no deja lugar a dudas. Le dan celos que David esté con esos hombres pero a la vez le tranquiliza darse cuenta que no ama a Humberto, que es uno más.

Después de clase, Emilio pasa un rato por la piscina. Es la mejor manera de encontrar un chico guapo desnudo.
--¡espero que tenga suerte¡ --dice para sí.
No nada mucho. En seguida ve como un chico moreno guapísimo, de rasgos árabes, sale. Emilio queda, una vez más, deslumbrado.
--¡Este no me lo pierdo¡
Va detrás del chico.
--ojalá se meta en las duchas colectivas.
Emilio está muy excitado, se imagina al chico desnudo y es algo que le gusta mucho.
--¡Ver a esa maravilla desnudo será una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida¡
El chico guapo se queda en la individual y eso apena a Emilio:
--igual en algún momento se tendrá que desnudar…
Emilio Nicolás lo ha visto entrar sólo con toalla y bañador.
--Lo veré mejor en los vestuarios…
Así que Emilio se dispone a tomar una ducha tranquilamente pero está atento a cuando sale el otro chico. No tarda en pasar envuelto en una toalla y Emilio detrás de él como un rayo. Emilio va a las taquillas para buscar su ropa pero se le atasca la llave. No puede abrirla.
--¡que mala suerte¡ --piensa.
Emilio está desesperado por el espectáculo que se está perdiendo y porque se imagina yendo a su casa en bolas. Está desesperado. No sabe qué hacer. Un hombre lo ayuda:
--¿te has fijado que no te hayas equivocado de número?
Emilio se quiere morir, sí eso era todo.
--¡Esto ha sido un castigo por depravado¡ --dice Emilio para sí.
El guapo árabe ha ido hasta el último vestuario para que nadie lo moleste. No imagina que ya alguien se ha fijado en él. Emilio lo busca en todos los vestuarios. Ya sabía que yo llegaría a tiempo de verlo desnudo. No lleva camisa, los pantalones le quedan caídos y se le ven los calzoncillos, color azul..
--algo es algo –dice Emilio resignado.
Le gusta mucho el tierno pecho del chico. Muy delgadito, no musculoso pero le encanta
--habría sido una delicia verlo desnudo pero… ni modo –piensa.
Igual lo gusta lo que ve, no es normal para él compartir un momento así con un chico guapo. Ve como se pone el desodorante, no tiene mucho vello en las axilas.

Mientras David está en el cielo. Ahogado por la gran verga del negrazo que lo ha seducido. Se la está tragando . Disfruta por el agotador esfuerzo. La verga del negro es gigantesca y David se la tragando entera. Está excitado. El negro le tiene agarrado de la cabeza y se la empuja con violentos movimientos para asegurarse que se la traga toda. David le va retorciendo los testículos. El negro con los ojos cerrados disfruta mucho. En los momentos que David no puede más, ya que meterse algo tan gigantesco en la boca le cuesta, el negro lo va animando. Jadeando le dice:
--chupa…venga sigue, vamos continuo chico lo haces muy bien
El otro (el que le gustó a Emilio) lo está penetrando a David , le da fuerte haciendo gritar de dolor y placer. David siente que se rompe por dentro pero le encanta.