TIOS BUENORROS

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martes, 16 de febrero de 2010

Capitulo 27 (y último)



David está luchando por su vida. Sólo quería llamar la atención. Salvador no puede por la culpa. Si no hubiera estado haciendo el amor con Gato, si hubiera atendido a David. Se turna con su hermano y Lola para no dejar al chico sólo ni un momento. Salvador tiene el corazón en un puño. No soporto verlo rodeado de tubos, apenas sin vida. Le habla, le pide perdón.
-entiéndeme. Lo nuestro no puede ser.
Las lágrimas de Salvador mojan el rostro de David. Salvador lleva días tragándose todo lo que siente. No es a su sobrino a quien está llorando.
--Te amo –dice finalmente.
Le ha salido desde su alma. Se deja llevar por el amor y besa a David. Como si una princesa de cuento fuera, David abre los ojos.
--ya era hora –dice débilmente—esperaba que me besaras.
David se comporta como si hubiera estado dormido, es feliz porque su amado lo ha besado.
--dame otro beso –le pide.
--¡Casi te mueres¡ ¡¡Qué locura has hecho¡
Aunque está muy débil, David está contento porque ha logrado lo que quería.
--Ha sido por ti. Esto es lo que quería.
Salvador tiene tomada la mano de su amado.
--No digas eso.
--Dame otro beso, dime que me amas que vamos a estar juntos.
--Tenemos que avisar a un doctor, tus padres están fuera.
David está feliz, está seguro que ahora todo se arreglará, que Salvador luchará por él.
--No te vas hasta que me jures que cuando entre mis padres les diremos que somos pareja.
David quiere que Salvador le confirme lo que está pensando. Salvador lo ama, quisiera estar con él pero:
--¡No puede ser¡
David se altera mucho:
--¡Te he oído, me has dicho que me amas¡
Salvador trata que se calme:
--luego hablamos de eso entiende que sigo siendo tu tío. No nos van a dejar estar juntos.
David llora:
--¡Casi muero por tu culpa, me lo debes¡
Salvador trata de acariciarlo:
--No pretendas que me quede a tu lado haciéndome sentir culpable¡
David ha decidido que no va a seguir esperando más.
--¡Si no nos acostamos le diré a todos que eres gay, que me amas pero que eres un reprimido y que…¡
Salvador no le deja acabar la frase.
--¡Así no vas a lograr nada¡
Salvador se va molesto mientras que David le ruega que no diga nada. Salvador sale muy alterado. Bernardo se acerca a él. Se preocupa porque cree que algo malo le pasó a su hijo. Bernardo y Lola van a ver a su hijo. Salvador va saliendo. En la puerta ve a Gato.
--lo que me faltaba –protesta.
A Gato le duele que Salvador pase de él.
--¡Ahora no es el momento¡
Gato lo abraza cariñoso:
--Mi amor, yo quiero estar a tu lado.
Salvador se lo quiere sacar de encima pero Gato insiste:
--¿porqué no aprovechamos que está toda tu familia para decir que somos novios?
Salvador se lo saca de encima:
--Ahora lo que menos quiero es que todo el mundo sepa que soy gay.
Gato nota a Salvador esquivo:
--¿Es porque no te quise hacer el favor de acostarme con tu hijo?
Salvador se da cuenta que su hijo estaba escuchando y no sólo se ha enterado que es gay sino que quise que su amante se acostara con él.
--¡Te odio, te odio¡ --le dice Emilio Nicolás.
A Salvador le duele el dolor de su hijo, trata de hablar con él. Se lo lleva casi arrastras, Nicolás quiere huir. Salvador lo agarra y lo mete en el auto a la fuerza. Nicolás está desesperado, su primo, su padre. Ambos son gays y todos tienen relaciones menos él por feo. Se siente humillado porque su padre, por pena, quise que se acostara su amante con él. Nicolás se lanza contra su padre para sacarle el volante.
--¡Nos vamos a matar¡
--¡Yo me quiero bajar¡ --Nicolás.
Salvador acaba perdiendo el control del auto….

Bernardo y Natalia están juntos y abrazados en el entierro de su hijo. Están desesperados. Lola está atrás. Se siente un poco desplazada.
--¡Mi lugar es junto a mi esposo¡ --le reclama a Natalia.
Bernardo se aparta de su amante. Cae de rodillas ante la tumba.
--¡Era mi hijo, era mi hijo¡
Bernardo ya no quiere callar más. Está desesperado. Natalia se queda detrás de su amante. Confirma las palabras de Bernardo. Lola no puede creerlo:
--¿y Salvador? –murmura.
A Bernardo le tiembla la voz, llorando lágrimas de sangre y mirando la sepultura de su hijo le cuenta como se asustó al embarazar a su novio y la convenció para que lo estrenara al confuso Salvador y le culpara del embarazo. Lola mira a los dos amantes con odio y abandona el cementerio. Natalia ayuda a Bernardo a levantarse. Él está deshecho, ella, pese a su tristeza, está contenta porque al fin tiene su lugar en la vida del hombre que ha amado siempre. Juntos Bernardo y Natalia van al hospital a ver cómo sigue Salvador.
--Ha muerto –dice el doctor.
Bernardo se derrumba y Natalia de nuevo lo consuela.
--Quiero verlo.
El doctor le comunica que Salvador había dejado escrito que en el momento de su muerte nadie podía ver su cuerpo y que debía ser incinerado de inmediato. Bernardo está demasiado triste por la muerte de su hijo como para pensar nada.
--Voy a ver a David y nos vamos –le dice a Natalia.

Al cabo de un rato, el doctor que ha anunciado la muerte de Salvador, se dirige al boxer de David.
--todo ha salido como querías.
David está muy contento. El doctor (feo y gordísimo) le guiña el ojo. Le pone la mano en el muslo, lo mira con deseo:
--¿Cuándo me darás lo que me has ofrecido?
--Cuando quieras, mi cuerpo será tuyo por todo un día.
A David le da igual lo que el doctor quiera hacerle, ni le molesta ni le gusta, está muy ansioso por la oportunidad que le ha dado la vida.

Enterado de lo que ha ocurrido entre sus padres y que cada uno hace su vida por separado, David le dice a su madre que se queda con su padre y a su padre que se va con su madre. Así los dos están enojados con él. Así ninguno de los dos se preocupa por lo que hace. Lola abandona la ciudad. Natalia está feliz porque ocupa el lugar en la vida, en la casa, en la cama de Bernardo que siempre quiso tener.

Días después, Salvador está ingresado en una clínica a las afueras de la ciudad. Sólo David y su amigo doctor saben de él.
--¿cómo está?
--ya se ha recuperado pero… Ha quedado amnésico.
David no puede creer que todo le haya salido tan bien, Salvador es suyo, solo suyo.
--¡¡ojalá nunca recupere la memoria¡

Salvador está confundido. Entra David. Salvador no lo recuerda pero lo siente familiar. Además siente su amor.
--¿Quién eres?
David no lo duda.
--Soy tu marido.
Salvador lo mira confundido:
--¿no soy muy mayor para ti?
--éramos pareja... –David muy cariñoso.
--¿no nos llevamos 20 años? puedes ser mi hijo.
--sí, por eso vivíamos alejados de todos... tú solo me tenias a mi

Salvador no recuerda a David pero lo ama, es por eso que cree en sus palabras. David se lo lleva. El feo doctor le ha prestado un pequeño estudio, que David debe pagar con su cuerpo, pero David está contento porque Salvador es solo suyo. Llora de felicidad el día en el que él y Salvador hacen el amor por primera vez. Ambos viven una luna de miel. No salen a la calle por David tiene miedo que alguien los descubra. Salvador no dice nada porque siente que con David tiene todo lo que necesita. Ve amor en los ojos de David pero también incredulidad y miedo. David no puede creer que su sueño se haya hecho realidad, que al fin esté con Salvador pero también teme que su felicidad se pudiera acabar. Salvador mira enamorado a David y le dice:
-- nunca pensé que nos amásemos tanto... para mi esto es nuevo pero parece que para ti también.
--es que siempre tuve dudas que me amaras... --David.
--¿y porqué iba a estar contigo?
--no sé... –nervioso porque no sabe como justificarte.
--te amo... no tengas dudas...
Salvador sonríe a David y se funden en un cálido y apasionado beso.

1 año después, Salvador y David viven felices. Sólo discuten cuando Salvador quiere buscar trabajo. No desea que David lo mantenga y tampoco entiende cómo lo hace. David tiene miedo que Salvador salga y lo vea alguien conocido. Sólo salen a veces, juntos y por lugares donde no hay mucha gente. Están en un parque por donde no suele pasar gente a esa hora. Queriendo explotar lugares nuevos, por ahí pasea Bernardo con su hija de pocas semanas, la pequeña que ha tenido con Natalia. El hombre es feliz por esa nueva oportunidad que le ha dado la vida y quiere que todo le salga bien. Esa mañana, Bernardo ve a David y a Salvador besándose. El escándalo es monumental. Bernardo los insulta, les dice de todo. Salvador no sabe bien lo que está pasando. Bernardo los insulta, David defiende a su amado:
--¡Nos amamos¡
Que se acueste con su hijo para Bernardo es una traición:
--¿¿¡cómo me has hecho esto?
--¡Tú le hiciste responsable de un hijo que no era suyo¡ ¡tuvo que morir Emilio Nicolás para que se supiera que es hijo tuyo¡ --David.
Al mencionar el nombre de su hijo, Salvador recobra todos sus recuerdos. El saber que Nicolás no era su hijo y está muerto lo derrumba. Bernardo no quiere saber nada ni de su hijo ni de su hermano. David lleva a Salvador a su casa. El hombre está derrotado. Llora. Ama a David, han sido amantes pero es su sobrino:
--¿como permitiste que hiciera esto? fue una monstruosidad¡
--nos amamos...
--¡es imposible...¡
--¿porqué?
Salvador no sabe que contestar. Llora. David lo besa y lo abraza hasta que logra que Salvador le jura que nunca se van a alejar de él. Salvador lo ama y ahora lo tiene a él. David le dice que huyan lejos. Donde puedan empezar de cero, lejos del doctor que los ha ayudado a cambio de convertir a David en su amante. En un lugar donde nadie los conozca, donde puedan empezar de cero. Salvador no piensa la respuesta: Es un sí. David no necesita saber nada. Abraza con fuerza a su amado. Siempre estarán juntos, siempre podrán contar el uno con el otro.

FIN.

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