TIOS BUENORROS

TIOS BUENORROS

martes, 16 de febrero de 2010

Capitulo 17




Humberto y David disfrutan felices el uno del otro.. Humberto pronto olvida el desayuno que le ha preparado a su chico. Se baja el bóxers y se mete en la ducha con él. Se miran con complicidad y se besan ardientemente. David tiene la esponja en la mano y Humberto se la saca. La tira.
--Esto no te hace falta…
David no se mueve. Le deja hacer. Ambos se miran muy sensualmente. Humberto agarra la botella de gel. Se pone un poco en la mano y enjabona con deseo y excitación el cuerpo del otro. Le encanta el cuerpo de David . Le gusta mucho recorrerlo con sus manos. Comienza por las partes más calientas. Va directo a los genitales que acaricia lentamente ocasionando un delicioso placer a David . Le toca bien tocados los testículos, el pene, el vello genital. Luego se pega bien a él y con sus manos, Humberto frota el trasero de David . Masajea los glúteos de David bien a poco a poco. No deja ni un solo milímetro que no esté pintado de blanco. Luego baja por los muslos, las piernas, los pies. Sube a la espalda, los brazos, las axilas. Pasa por el torso, le pellizca los pezones porque sabe que a David le encanta, el vientre… Aunque los dos saben que con la esponja sería más rápido no lo disfrutarían tantos. Ambos se miran con deseos, con cara de alucinados. De haber disfrutado mucho. Se miran de una manera apasionada y a la vez dulce. Con la misma devoción, David lo enjabona a él. Al pasar por el trasero, David le mete los dedos haciéndolo sudar de placer. David le introduce los dedos en el trasero a Humberto mientras éste acaricia y juega con la verga de David . Mientras el agua va cayendo por encima de la pareja limpiando la zona que con tanto esmero han pintado los amantes. Ya libres de jabón y bajo el agua, Humberto es el primero es arrodillarse y jugar con el arma sexual de David . Los dos gozan por el placer que siente el uno y el que le hace sentir al otro. Salen desnudos y mojados de la ducha. Se secan con la misma toalla. Se miran ardientemente. Se repiten una y otra vez lo mucho que se quieren y lo felices que están juntos. Humberto lo ha pasado mal de regreso a su pueblo y estar de nuevo en los brazos de David es encontrarse en el paraíso. Los jóvenes están muy felices juntos. Les gusta hacerlo todo en pareja. Cualquier tontería la disfrutan si la comparten con el otro. Una actividad aburrida como lavarse los dientes se les hace delicioso si están juntos. David lo abraza a Humberto con ternura y se miran con ternura. Desayunan desnudos en la cama y luego se visten. David se viste. Humberto se queda desnudo en la cama mirándolo.
--¿¿qué haces? –le pregunta David con cariño.

Salvador ha llegado de madrugada. Lo justo para que nadie se entere que ha pasado la noche fuera. Está en la ducha. Sale envuelto en una toalla. Nota tanto a su hermano como a su cuñada muy alterados.
--¿pasó algo?
--¡¡Davicito no durmió en la casa¡ --dice la madre.
La mujer abraza a su esposo.
--¿será que le pasó algo? –pregunta angustiada
A Salvador los ojos se le abren como platos:
--¿¿¡cómo que David no está?
Aunque está preocupado, Bernardo está alterado.
--supongo que se iría con alguna amiga… ¡¡pero debió avisar¡
Salvador golpea los puños con rabia. Está muy celoso. Está seguro que David pasó la noche con un hombre y eso le da mucha rabia. David llega al rato. Su madre le da un bofetón.
--¿¿qué horas de llegar son esas?
Bernardo calma a su mujer.
--seguro que estuvo con una hembra, es normal a su edad…
Salvador está sentado en la mesa, retorciéndose de rabia. David siente los celos de su tío y le gusta. Los dos se miran con desafío. David le quiere demostrar a su tío que es un hombre y que no se quiere esconder.
--No papá… he estado con un hombre…
Salvador fulmina con la mirada a su sobrino. No puede creer que se atreve a enfrentar a su padre.
--¡¡si claro con un amigo de fiesta y yo aquí muerta de la angustia¡
--No, un amigo no. Un novio. Estamos muy enamorados… De hecho nos pensamos ir a vivir juntos…
Bernardo se queda un poco decepcionado:
--bueno hijo si tú estás seguro…
La madre sí da todo su apoyo a su hijo. Lo abraza con fuerza. Salvador se mantiene al margen.
--¿y tu no me vas a decir nada?
--No, no tengo nada qué decir… Es cosa de tus padres…
David exagerado todo sobre Humberto para atormentar de celos a su amado tío y lo logra. Salvador se encierra en el baño.
--¡¡no debe dolerte, no debe dolerte¡
No puede evitar que una lágrima deslice por sus mejillas. Está un buen rato encerrado en el baño ensayando su cara más frío. No desea que nadie note lo que le está pasando. Es algo que le angustia demasiado, que le da mucha vergüenza como para que se sepa.


Humberto espera a su amado en la puerta de la casa de éste. Lo recibe con un fuerte abrazo. David le sonríe.
--vaya, sí que me has echado de menos…
Humberto lo va acariciando:
--¿es que tú no?
David le guiña el ojo:
--Sabes que sí… Apenas hace unas horas que estábamos juntos y ya te hecho de menos...
David se muestra cariñoso porque sabe que Salvador está apunto de bajar. Reconoce los pasos de su tío y se lanza sobre Humberto. Salvador siente como si un puñal le atravesara el pecho. No lo quisiera tener que aceptar pero le pasan cosas con su sobrino. Sus sentimientos hacia David se parecen al amor más de lo que quisiera.
--buenas –dice.
David trata de provocar a su tío, que muestre sus sentimientos.
--tío, este es mi novio. Humberto, este es mi tío.
Salvador está muy sorprendido. Hace nada a David le molestaba que Salvador se comportara como su tío, decía que lo amaba y ahora tiene novio. David quisiera ver celos en su tío pero, aunque lo está y mucho, Salvador ocupa su lugar. Recibe con cariño a Humberto y lo abraza para sorpresa y rabia de David.

Días después... David y Salvador se encuentran en el salón de su casa. David va a salir.
--¿ya vas a ver a tu novio?
--¿te molesta?
--¿porqué me iba a molestar?
--No sé... No quisiste estar cuando lo traje a casa... De Emilio lo entiendo... pero ¿tú?
David quiere pensar que fue por celos pero su tío no lo demuestra.
--te dije que tenía mucho trabajo...
A David le duele la aparente frialdad de su tío aunque por dentro Salvador es un volcán. Siente unas ganas locas de besar a David pero sabe que no debe hacerlo.
--Yo lo que tú hagas está bien... ¿y en serio te quieres ir a vivir con él?
Aunque no tiene ninguna intención dice que sí para molestarlo.
--¿te molestaría?
--A mi no pero es muy precipitado... Sabes que eso a tus padres no le gusta...
--Si, sé que mis padres me piden prudencia…
--No les cae bien…?
--A papá le sentó de una patada que yo fuera gay… lo aceptan porque me quieren pero no quieren que viva con él, No lo voy a ocultar… Humberto es muy importante para mí...
Salvador escucha a su joven sobrino defender su amor y siente unos celos horribles. Salvador lo acaricia, es una caricia de tío a sobrino que esconde un deseo. David la disfruta pero no lo demuestra porque quiere poner celoso a Salvador, que piense que ama a Humberto. Salvador lo piensa y le duele.
--A mi me encantaría vivir con Humberto –miente David—pero entiendo a mis padres... temen que descuide los estudios… t
--Además él estudia y trabaja… ¿te va mantener a ti?
--Lo hemos hablado –miente-- lo haría…
--es mejor dejar las cosas así. Lo digo por ti, es mejor vivir las cosas con normalidad.
A cada palabra David trata de averiguar si su tío lo ama. Salvador tiene la misma duda sobre su sobrino. Una parte de él le duele verlo entusiasmado por un chico pero otra parte le dice que es lo mejor, que una relación amorosa entre tío y sobrino es imposible..

No hay comentarios:

Publicar un comentario