TIOS BUENORROS

TIOS BUENORROS

martes, 16 de febrero de 2010

Capitulo 16



Emilio se quiere morir. Se estaba masturbando y el orgasmo le llega justo cuando salen David y Humberto. La escena es bochornosa para los dos primos. A Emilio le molesta tanto la cara de asco de Humberto como la mirada de compasión de David. A David le da vergüenza decir que son primos con Emilio y hace como si no lo conociera. Los dos amigos se van juntos. Emilio se queda triste. Llora. Se limpia con tristeza. Se mira al espejo. El que David esté con un chico tan guapo y él esté solo.

Emilio no se atreve a volver a casa. No quiere mirar a los ojos a David. Salvador se lo encuentra sentado en un banco de la plazo. El hombre se acerca a su hijo. Lo mira cariñoso.
--¿¿qué te pasa?
Emilio no le quiere contar, Salvador insiste. Está preocupado.
--No me gusta verte tan triste.
Emilio llorando le acaba diciendo:
--Es que yo le recomendé a David la biblioteca para encontrar chicos guapos… Hoy lo he visto jodiendo con uno muy guapo y yo me tengo que conformar con mirar, con pajearme…
Salvador siente celos, le duele que David se divierta con otro y además le duele el dolor de su hijo. Salvador trata de animarlo pero ninguna de sus palabras calman al hijo. El chico, lloroso, le dice a su padre:
--no puedo ser tu hijo... Mira que feo...
--no digas tonterías... –Salvador cariñoso.
--con lo guapo que tú eres… --dice el joven con amargura.
Salvador acaricia a su hijo muy fraternalmente. Le gustaría poder ayudarlo. Emilio siente una gran angustia.
--pero a quien salí?¿seguro que no soy adoptado?¿que no te engañaron?
--tu abuelo pidió el adn, no hay dudas... soy tu padre... –dice Salvador poniéndole la mano en el muslo.
Emilio sigue llorando:
--¿y porqué salí tan feo?
--la belleza está en el interior.
--¡eso díselo a los chicos... tengo 20 años y soy virgen... ¿con esta cara quien se va a querer acostar conmigo?
--un día de estos aparecerá tu príncipe azul… ya lo verás…
Emilio está seguro que no será así, que nunca estará con un hombre, que estará siempre sólo.
--¡con esta cara imposible… soy un duende deformado¡
Salvador abraza con fuerza a su hijo. El dolor del chico es el dolor del padre.
--¡Yo te juro que vas a ser feliz… te lo juro¡
Emilio agradece el cariño de su padre:
--¿¿y qué vas a hacer? Darme dinero para pagarme un puto… ¡¡porqué es la única manera de estrenarme¡ ¡¡sólo por dinero alguien se acostaría conmigo¡
Emilio siempre ha pensando que esa es su única opción para tener sexo con un guapo y es algo que lo hace sentir más amargado aún. El cariño de su padre lo reconforta un poco. Entran juntos en la casa. Emilio se encierra corriendo en la habitación. Las palabras de su padre no logran hacerle cambiar de opinión. Salvador mira con dureza a su sobrino. Siente celos y rabia. David sabe que Salvador le está reprochando que haya hecho daño a Emilio involuntariamente. Le duele por su primo pero quiere hacer enfermar de celos a su tío.
--¡me odiará aún más cuando aparezca con Humberto, con mi novio¡ --dice para sí.
Ya que su hijo no cena, Salvador tampoco.
--he quedado con unos amigos…
Salvador mira con rabia a David que se está retorciendo con los celos. El chico está convencido que su tío se va a ver con un hombre.
--¡voy a descubrir quién es y si es preciso le obligaré a que se acueste conmigo sino quiere que le cuente a todo su secreto¡
David sabe que ahora menos que nunca, Salvador querrá que Emilio sepa que es gay y David está dispuesto a todo con tal de estar con su tío pero no es porque sólo piense en sexo. Está convencido que una vez Salvador lo haya probado no querrá renunciar a él.

Humberto se aloja en un viejo y pequeño apartamento. Está dándose una ducha. Recorre su cuerpo desnudo con las manos cubriéndolo de jabón. Luego se va aclarando. El agua desliza por su torso, su vientre, sus genitales. Sus piernas. El joven pone la cabeza bajo el agua para relajarse. Se le escapa una lágrima:
--Voy a ser feliz
Le suena el celular. Se le ilumina el rostro. Sale desnudo y todo mojado. Agarra el teléfono.
--¡sabía que me ibas a llamar¡ ¡qué alegría¡
A Humberto le anima mucho escuchar esa voz.
--Quiero verte. Esta misma noche. No quiero esperar...
David le habla asomado a la ventana. No lleva camisa.
--Creí que te querías esperar más tiempo… Después que me dejaste con las ganas esta tarde... No sé... si nos vemos ya sabes para que es...
Humberto le gusta mucho. Además David no tiene otro lugar donde ir, quiere pasar la noche con Humberto pero no quiere volver a quedarse con las ganas. A Humberto le pone muy triste recordar lo que ha pasado.
--No ha sido como esperaba pero eso no importa. Quiero hacerlo... quiero estar contigo.
David sonríe con cara de depravado:
--dime tu dirección... ahora me tienes ahí...


Salvador por su lado está triste en brazos de Patricio. Han hecho el amor pero se siente culpable. Si su hijo supiera que es gay, que tiene un amante y tan guapo. Se desahoga contando lo que le pasa a su hijo con Patricio y tiene una propuesta:
--¿porqué no te haces el encontradizo y lo desvirgas?
Patricio no puede creer lo que escucha:
--¡¡no puedo hacer esto...¡
--¡solo una vez¡ --le suplica Salvador que piensa que eso es lo único que puede ayudar a su hijo.
--tu hijo es espantoso...
--cuidado con lo que dices... –le regaña Salvador.
--lo siento pero parece de otro planeta...
--¡pues no le mires a la cara... ¡por favor, mi hijo está desesperado... No puede seguir virgen a los 20 años... lo va a hundir...
--¿y luego?
--que alguien como tú se fije en él solo por sexo lo animará... hazlo por mi...
Salvador lo mira cariñoso. Patricio haría lo que fuera por él pero le da mucho asco pensar en tener algo con Emilio.

Al día siguiente, Humberto despierta en brazos de David. Ha vivido su primera vez y se siente en el paraíso. Mira al joven que sigue durmiendo.
--David … David … ¡qué feliz me haces¡
Humberto es feliz entre los brazos de ese joven que ha dormido con él. A Humberto le gusta contemplarlo.
--Parece un ángel como duerme. Se ve tan tierno y hace unas horas me hacía gritar mientras me hacía sufrir de placer.
Lo va acariciando mientras le habla.
--Eres un potro desbocado haciendo el amor. ¿será así siempre? Tan bestia y tan tierno. Me gusta tu forma de hacerme el amor, de penetrarme tan salvajemente acariciándome como un loco mientras tu dulce voz me jadea palabras de amor… Fuera de la cama eres un ángel pero luego eres un auténtico demonio. Nunca pensé que el sexo fuera tan hermoso.
Lo besa con ternura. Le gusta despertar y encontrárselo a su lado.
--ojalá te animaras a vivir conmigo… Ojala fuera así para siempre…
Todo ha sido muy rápido. No sabe si David va a querer algo en serio con él pero Humberto sí lo desea y mucho. Se levanta. Se pone los calzoncillos que están en el suelo y se acerca a la cocina. El espacio es muy pequeño pero Humberto es muy feliz ahí. Sobretodo cuando está David con él. Le prepara el desayuno. No falta hasta una flor. Va con la bandeja en su cuarto. El chico no está en la cama pero oye que está en el lavabo. Lo oye hacer pis. Se acerca al baño porque le gusta observarlo. David se da cuenta que lo está observando.
--¿qué me miras?¿es que me espías? –le dice con ironía mientras le guiña el ojo.
Humberto se le acerca. Lo abraza por la espalda. Se besan con mucho cariño.

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